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Descubrir a Holzkamp
Texto escrito con ocasión de la muerte de Klaus Holzkamp; publicado originalmente en 1995 en la revista Das Argument, Nr. 212, págs. 879-880, bajo el título Frankreich muß Holzkamp erst noch entdecken. Título original francés: De France aussi. Traducido al castellano por Santiago Vollmer.
Todos los que desde algún sitio trabajan en el desarrollo de una psicología auténticamente materialista-crítica, sentirán la muerte prematura de Klaus Holzkamp como algo muy doloroso. Yo soy de los –desgraciadamente pocos– que en Francia somos conscientes de haber aprendido mucho de la Psicología Crítica y que continuamos midiendo nuestras propias ideas con aquellas que su gran libro de 1983, Grundlegung der Psychologie, ofrece en una exposición sintética. Son numerosos y originales los impulsos de su vasto trabajo, partiendo del novedoso estudio de la formación filogenética del psiquismo hasta los estimulantes enfoques a la biografía fenoménica y real (Phänomenal- und Realbiographie), pasando por la elaboración de gran parte de las categorías claves de una ciencia psicológica y en particular de la motivación, ricamente aclarada por los aportes de Ute H.-Osterkamp. En la línea de pensamiento siempre tan fecunda de Alekséi N. Leóntiev y haciendo valer el concepto de actividad (Tätigkeit) de Marx, los trabajos de Klaus Holzkamp constituirán durablemente una de los principales puntos de referencia para aquellos investigadores que se preocupen tanto del rigor científico como de la emancipación humana.
Que esta marcada obra continúe hasta el día de hoy sin ser traducida y sea poco conocida en Francia, es algo que desgraciadamente no debe causar asombro. Este hecho no habla en contra de la importancia internacional de la obra de Klaus Holzkamp, sino en contra de una tradición francesa de ostracismo frente a todos los trabajos psicológicos que en mayor o menor grado se inspiran en la cultura que tiene su origen en Marx. Es necesario saber que las obras de Lev S. Vigotsky, comenzando por Pensamiento y lenguaje, fueron totalmente desconocidas en Francia durante cincuenta años, hasta que una traducción de esta obra maestra fuera publicada en 1985 por la editorial comunista Editions sociales, que ya en 1976 había publicado el primer libro de Leóntiev en francés. Es necesario saber que incluso la obra del más grande psicólogo marxista francés, Henri Wallon, fue fuertemente maltratada por el plan editorial, eclipsada por la gloria de Piaget, cuyos graves límites permitieran percibir Vigotsky y Wallon –lo que entre otras cosas tuvo la consecuencia, a mi parecer lamentable, de que Klaus Holzkamp no percibiera todo el provecho científico que hubiera podido sacar de los trabajos de Wallon para su propia empresa teórica–. Y esto también es válido para otros trabajos de orientación similar, más recientes o también contemporáneos. De suerte que el desolador desconocimiento del cual Klaus Holzkamp y toda la corriente de la Psicología Crítica en general son objeto hoy en día en Francia, no hace más que confirmar hasta qué punto ellos son molestos para gran parte de las ideas dominantes.
Por mi parte siempre lamenté el que no surgiera la ocasión para entablar un amigable diálogo con Klaus Holzkamp, tanto sobre nuestras numerosas ideas comunes como sobre las diferencias de enfoque que existen en ciertos puntos, por ejemplo en lo que respecta al concepto a mi juicio central de las formas históricas de individualidad que, como me lo parece mostrar una nota de Grundlegung der Psychologie, condujo a un serio malentendido entre nosotros. Sigo pensando que esta idea -según la cual todas las relaciones sociales fundamentales, por ejemplo las relaciones dinerales implicadas en la condición del asalariado, son tantas como las lógicas históricas objetivas en las que se enredarían las actividades, los empleos del tiempo, las biografías de los individuos- no solamente no tiene nada de incompatible con las tesis principales de la Psicología Crítica, sino que constituye una dimensión necesaria para la misma.
Mas las estrellas brillan para nosotros largo tiempo después de haber dejado de existir. Ahora recibo algo de esta luz cuando tomo conocimiento de los últimos escritos de Klaus Holzkamp, por ejemplo aquel apasionante estudio titulado Colonización de la infancia (Kolonisierung der Kindheit). Hacia el final de este texto, Klaus Holzkamp escribe:
«Ahora se hace visible que –al igual que la idea de la ‘Personalidad’ como una mónada cerrada en sí– también, el decir refiriéndome a mí mismo que ‘yo’ me desarrollo, es un resultado de la reducción causalista de la mirada. Nadie se puede desarrollar si no transforma sus posibilidades vitales y de acción: yo no ‘me desarrollo’ (nadie sabe cómo habría que hacer algo por el estilo), sino que, en el mejor de los casos: yo desarrollo mis relaciones de mundo (Weltbeziehungen).»
Pueda el trabajo de Klaus Holzkamp continuar desarrollando sus relaciones de mundo más allá de él, en un mundo que tiene una tan grande necesidad de psicología crítica.
23 XI 1995.